Todos los días tiene que llegar la gueulá, la redención.
Ahora mismo puede llegar. Si hacemos lo que debemos hacer llegará en
este minuto. Ello depende si cada uno se preocupara de comportarse con
humildad y cuando creamos que somos el más bajo de todos y que todos
son mucho más Tzadikim, más kedoshim y más sagrados que nosotros.
Rabi Najman dice en Likutey 14-5, que toda persona tiene que rebajarse
ante los más grandes que él, ante los que están como él y ante los
que están más bajos de su nivel. Incluso cuando está en un nivel
muy bajo, debe achicarse más
de su nivel. Rabi Natan nos abre una ventana a las palabras de Rabi
Najman y nos explica: Hay 4 temporadas en el año. Cada temporada es
de 3 meses y en cada temporada la persona se esfuerza y
trabaja en otro nivel de humildad. Las 4 estaciones empiezan en
el mes de Nisán. Según eso, la cuarta temporada es ahora, que
corresponden a los meses de Tevet, Shevat y Adar y es cuando se logra
la claridad principal del año. Si sacamos la cuenta sale que
mañana, Shabat, el día 15 de Shevat, es el punto central de
ésta última temporada, que es el cuarto nivel de humildad en el cual
la persona se rebaja aún a un nivel más bajo de su propio nivel.
Rabi Natan dice: ¨Las cuatro temporadas vienen para romper toda
vanidad y superioridad que cada uno tiene¨. El Rabi dice que el
primer nivel de humildad es creer en todos los Tzadikim y Admorim y en
todos los directores de las yeshivot, y en Breslev se agrega ¨creer
en todo yeudí¨. Algunos creen que son más sabios y Tzadikim que los
Admorim y que todos los Rabinos y
tienen el descaro de criticar y hablar mal de ellos. ¡Cómo se
puede hablar de estos puros y sagrados Rabinos y Admorim!
Lo primero es entender y saber que yo estoy a un nivel más bajo que
todos los Rabinos y los Admorim y de todos los que estudian y enseñan
Torá día y noche. Más aun si tuviste el mérito de conocer algo de
la labor de estos sagrados yeudim, no hables ni compares puesto que tú
tienes que respetar a todos
igual. Por lo contrario tienes que saber que ellos hacen maravillas y
son verdaderos Tzadikim. Dime: ¿qué problema hay de existan otros
Tzadikim que hacen milagros fuera de tu Rabi? ¿Por qué eres celoso
con tu Rabi? ¿Qué te molesta a ti lo que hacen otros Tzadikim? Ello
es debido a que eres celoso y esa es una mala cualidad que te
impurifica y no te permite que aceptes que hay Tzadikim que hacen
milagros y maravillas.
Rabi Najman dice que el primer nivel de humildad es dejar de hablar de
los Tzadikim. Déjate de criticarlos y avergonzarlos con tus palabras.
Libérate de ese intruso pensamiento que te hace creer que tú eres
perfecto, que tú escuchaste y que tú sabes todo y que eres un Tzadik
íntegro.
El segundo nivel es para las personas de un nivel medio. Primero hay
que saber que yo estoy en un nivel más bajo
de ese nivel. Pregúntate: ¿Acaso yo puedo compararme con los
simples yeudim que leen Tehilim con lágrimas y cantan los versos de
los salmos? ¿Alguna vez en tu vida lloraste cuando recitabas los
salmos? Tienes que saber que hay yeudim de nivel medio que se unen
todos los días con estos cantos a
D´os y tú no les llegas ni a la suela de sus zapatos. Entonces, ¿por
qué crees que eres más que ellos?
Ahora, ¿De quién quieres sentirte superior? ¿De un yeudí secular
que no cumple ni estudia, de él si te sientes más Tzadik? Debes
saber que tampoco de él te puedes sentir superior aún si es un
malvado, ya que si un yeudí hace Teshuvá puede subir a niveles muy
altos aun más que el nivel donde tú te encuentras.
Muchos que no cuidaban Shabat son hoy Rosh Yeshiva y otros que comían
en Yom Kipur son hoy Tzadikim muy grandes. Por eso debes entender que
también tienes que
rebajarte ante ellos, puesto que quizás tú nunca alcanzarás el
nivel mediano.
El cuarto nivel es el más elevado de todos los cuatro niveles de
humildad y simpleza. En esta temporada se te pide que te rebajes más
bajo del nivel en el que tú crees que estás. Entre más la persona
se achica se da cuenta que él es más chico de lo que él cree.
Estos cuatro niveles de humildad corresponden a las cuatro temporadas
del año. El primer nivel empieza en el mes de Nisán y continúa
hasta el final del mes Siván. En este nivel hay que reconocer y saber
que todos los Admorim y Rabanim están fuera de tu alcance de
entendimiento y son Tzadikim y gente correcta.
El segundo nivel de humildad empieza en el mes de Tamuz y se acaba en
el mes de Elul.
En esos meses se trabaja la humildad y uno se comparada con las
gente beinonim que son los que leen Tehilim todos los días, con lágrimas
y aunque no son Admorim o Rashei Yeshivot son yeudim simples y
correctos.
El tercer nivel es durante los meses de Tishrei Jeshván y Kislev en
los cuales tienes que trabajar en tu humildad con respecto a los judíos
seculares y a los judíos malvados. Tienes también que entender que tú
estás en un nivel más bajo que ellos.
Así llegamos al último nivel que corresponde a los meses de Tevet
Shvat y Adar cuando la cumbre de ellos es el día de Tu Bishvat que
cae justo en el medio de la temporada. En este nivel puedes entender
que estás más bajo del nivel que tú crees que estás. Este es el
nivel al que llegó Moshé moises Rabeinu que se consideraba el peor
de todo el pueblo de Israel. Se sentía siempre más bajo que todos y
no sentía ninguna superioridad ante otro del pueblo de Israel.
Durante todo el año la persona debe ver su nivel de humildad y
reconocer todas sus faltas. Aquí caí, aquí erré, aquí volví a
equivocarme y así recibirá un poquito de humildad y después con
otra falta otro poquito de humildad.
Como dijimos que dijo el Baal Shem Tov, hay que esforzarse para tener
el mérito de ver a Eliahu a Naví aunque sea en un sueño y
hay que sufrir y esforzarse para saludarlo. Y cuánto más hay
que esforzarse y trabajar para que él responda diciéndote Shalom.
Esto se trabaja y se alcanza solamente cuando la persona es un yeudí
simple y humilde. Pero solo con un pensamiento de superioridad o
vanidad sobre otros se puede perder todo lo que te esforzaste y
trabajaste para ver a Eliahu a Naví.
Pero junto al trabajo que
debes hacer para la humildad y simpleza debes cada día servir a
Hashem con todas tus fuerzas, con toda tu alegría y felicidad y con
toda tu energía.
Asimismo, cuando logres llegar a la humildad sentirás que otro tipo
de sangre corre por tus venas y será todo más simple y más fácil.
Todo tu cuerpo y todo tu ser te ayudarán a conseguir lo que tienes
que hacer en tu vida y tendrás una buena vida, una vida eterna y
sentirás el placer del Mundo Venidero.