Un
hijo que ve a su padre sentado y tranquilo cantando melodías alegres
y lindas canciones en la mesa de Shabat, se siente contento y su corazón
está tranquilo. Esto es lo que el anhela durante toda la semana. Ésta
es su felicidad.
Rabi Najman dijo que Shabat se parece a un casamiento muy grande en el
cual todos están alegres bailando y saltando. Allí se baila mucho
con alegría junto con todos. (Sijót Arán 254).
Cuando llega Shabat Kodesh hay en el cielo un casamiento. Es un
casamiento que dura 26 horas desde que empezamos Kabalat Shabat hasta
la Avdalá. Todos tenemos que participar en este casamiento y
participar en las melodías y en los bailes que hay en esas horas del
casamiento en el cielo. Al empezar el Kabalat Shabat cuando se dice
Lejá Dodí, entra el Todopoderoso al Gan Edén a bailar con los
Tzadikim. Hashem baila con los Tzadikim y con los ángeles del Gan Edén
todo el Shabat. Todos los que participan en el casamiento bailan
alrededor de Di's y dicen: ¨Este es Hashem al que esperamos, nos
alegraremos y nos regocijaremos con Su salvación. Todos los que
participan en este casamiento ven cara a cara al Todopoderoso. Todos
reciben de la luz que aclara todo en esos momentos. Todo lo que
sentimos y tenemos en
Shabat, la alegría, la tranquilidad viene y la recibimos por el mérito
del casamiento que Hashem y los Tzadikim están haciendo en el Gan Edén.
De esta felicidad, de esta alegría baja a este mundo la felicidad de
Shabat.
El Rabi repite y dice: ¨Imagínate claramente que el Shabat es como
un casamiento¨. Simplemente un casamiento. Como el casamiento de
grandes Admorim que todos quieren ir a participar y bailar en él. El
problema que no todos logran entrar al salón, ya que no hay tanto
lugar para tanta gente. Como en los casamientos de los Admorim que
vienen treinta mil o cuarenta mil jasidim. Algunos se suben por las
paredes y miran por las ventanas y otros se suben al techo y miran con
binoculares la jupá. Todo para ver la gran alegría, para ver los
bailes del novio. Todos quieren ver al novio aunque sea por un hoyito
en la pared. Todos quieren tener el mérito de haber visto el baile de
este gran casamiento. Otra vez el Rabi repite: ¨Shabat es como un
casamiento, pero quién sabe si lograré ver la alegría que hay en el
Shabat¨. ¿Quién tiene el mérito para ver la maravillosa alegría
de Shabat? Esta alegría que no tiene fin. Hay que tener un gran mérito
para ver aunque sea por los hoyitos de la pared. El Shabat nos fue
dado solamente para que cantemos y bailemos las melodías de este
sagrado día. Por eso, cuando entra el Shabat tenemos que estar muy
felices y cantando. Shabat es solamente alegría sin fin. Está
prohibido que haya algún pensamiento de tristeza o amargura. Ninguna
preocupación. Esto es uno de los pilares que sostiene al judaísmo.
Entre más pasa la persona el Shabat con alegría y con cantos, puede
lograr recibir esta luz divina también durante la semana. Esta luz
divina alumbra a la persona por medio de la alegría que tuvo en
Shabat. No hay ninguna razón para que la persona tenga en Shabat
sufrimientos o dolores. Ya que en Shabat uno tiene que sentir y pensar
que todo lo que tenía que hacer ya lo hizo. Baruj Hashem nadie está
preso en la presión o capturado por el enemigo. Baruj Hashem todos
tenemos un par de jalot y una copa de vino para el Kidush.
Cuando decimos en el Kidush ¨Va yejulu¨ dice el escritor del libro
¨Asará maamarot¨ que en ese momento se elimina todo. Todas las
cuentas, todas las deudas, todas las preocupaciones, todos los
programas, todos los planes. Cuando llega ese momento un yeudí no
tiene que tener ningún pensamiento de lo que va a hacer la siguiente
semana.
No pienses en los días de la semana. Dale al Todopoderoso que te
planee todo. Si una persona en Shabat piensa lo que va a pasar con sus
asuntos durante la siguiente semana, entonces del cielo dicen: ¨Será
como él piensa¨. Para que tú haces cuentas al Creador. Tú hechas a
perder los planes que tiene el Todopoderoso para ti. Él tiene un sinfín
de ideas y programas que son mucho mejores que los tuyos. Toda la
creación te quiere dar y ayudar. Hashem te quiere dar todo lo bueno
del mundo. El Creador quiere darte infinita cantidad de todo lo que tú
necesitas. Pero si la persona empieza a pensar en Shabat: ¨¿De dónde
voy a tener para vivir? ¿Qué comeremos el domingo o qué va a pasar
con nosotros el lunes? Entonces le contestan del cielo: ¨Lo que tú
piensas te vamos a dar. Según tú entendimiento, te daremos¨.
Pero si no piensas ni preguntas ¿cómo pasaremos el próximo
domingo, lunes y martes ni con qué vamos a pagar las
cuentas?, sino que te esfuerzas por estar alegre, entonces
recibirás todas las bendiciones y salvaciones que nunca te hubieras
imaginado ni soñado. Nunca te podrás imaginar todo lo que el
Todopoderoso te puede dar.
Tenemos que alegrarnos en Shabat Kodesh con una alegría verdadera,
sin límites. Por su puesto no estamos hablando de alguien sin
responsabilidad. Una alegría sin límite pero con responsabilidad e
inteligencia. Porque sólo con la alegría tenemos el recipiente para
recibir y contener la luz que alumbra en Shabat. No podemos de ninguna
otra manera recibir la luz de Shabat. Este recipiente se llama Simjá¨.
Llegó el Shabat: Todos cantan, todos bailan con los niños: Los
Admorim, los Rabanim, los directores de yeshivot. Todos toman asiento
por tres o cuatro horas en la mesa de Shabat. Cantan con sus hijos, y
los hijos cuentan Jidushim de la Torá. De esa manera los niños
sienten el placer de Shabat. Los niños sienten el deseo de cuidar
Shabat. Los niños tienen el deseo de ser religiosos. Reciben el deseo
de temer del cielo. La mesa de Shabat es como tener una llave que abre
todas las puertas de las Yeshuot. Una persona simple, que se sienta en
la mesa con sus hijos en Shabat y canta con ellos las canciones de
Shabat siembra en ellos el deseo de estudiar Torá, de rezar como se
debe, y despierta el temor
al cielo y el amor y respeto a su papá y a su mamá. Por eso si
conversas todo el tiempo y no cantas es como si no hubieras estado en
Shabat y además no hay nada que proteja a tus hijos de no pecar. Una
familia donde no cantan en Shabat pronto verá a sus hijos paseando en
la calle puesto que ellos se aburren y salen a la calle a buscar
entretenimiento y allí se encuentran con chicos no muy buenos que
hablan palabras no muy lindas y así se arruinan. Cuando el niño ve
que su padre no reza, no está alegre, no
canta entonces se aleja más de la Torá y del temor al
cielo y peca. El hijo tiene que ver que su padre antes de
llegar Shabat está listo, ansioso y preparado para recibir este gran
día. Así él también recibirá el sabor del Shabat que es el gusto
de la vida.
¡Recuerda! Ahora, cuando llega Shabat es el momento de cantar. Los niños
están felices, se ríen y quieren sentarse al lado del papá y junto
con él cantar. Todos sienten que no pueden esperar toda una semana
hasta que llegue el próximo Shabat. Ahora cuando sale a la calle para
ir a estudiar tiene fuerzas para empujar y alejar a todos los amigos
malos que le ofrecen todo tipo de juegos malos, porque él vio a su
padre tranquilo, cantando y gozando del Shabat. También él recibió
ese sentimiento y anhela la llegada del próximo Shabat. Por eso no le
interesa lo que pasa en la calle. Eso es lo que un niño necesita.
Lo mínimo que un yeudí necesita hacer con sus hijos en Shabat es
cantar juntos por lo menos una hora.
Una vez le preguntaron al papá del Rabi David de la ciudad Lelov:
¨¿Cómo tuviste el mérito de tener un hijo así?¨. Él contestó:
¨Cuando yo llegaba en los cantos de Shabat al canto que dice ¨Tendré
el mérito de ver hijos y nietos que se dedican al estudio de la Torá
y al cumplimiento de las mitzvot entonces se llenaban mis ojos de lágrimas
y lloraba así, por lo menos una media hora, pidiendo y suplicando que
yo tenga el mérito de ver a mis hijos y nietos así.
Si quieres cuidar que tus hijos no se quiten sus peyes, piensa tú cuál
es la razón por la cual ellos quieren hacer eso. Qué ven ellos en ti.
Un padre que se queda dormido en la mesa de Shabat y cuando se
despierta vuelve a seguir comiendo y tomando. Pero si viera un padre
que se emociona, bailando y cantando, y alumbra a sus hijos y a su
casa con la felicidad del Shabat entonces, esa familia no tendrá ningún
hijo que se quite las peyot o que se aleje de la Torá. Esos hijos
querrán también servir a Hashem
como lo hace su padre, y con la ayuda de Hashem los hijos y los
nietos seguirán con peyot y se dedicarán al estudio de la Torá y al
cumplimiento de las mitzvot.
SHABAT
MEBARJIM
este
Shabat es un Shabat especial en el cual se pueden conseguir las cosas
más grandes del mundo. Por eso hay que saber en Shabat Mebarjim, la
hora exacta del Molad. Porque en el momento que empieza el molad son
recibidas todas las plegarias que decimos. En el momento del Molad se
reciben todas las peticiones. En esos minutos bajamos toda la Berajá
para el próximo mes. En ese momento se abren todas las puertas y se
puede recibir toda la sabiduría para el próximo mes. En esos minutos
se recibe todo el bienestar del próximo mes tanto material como
espiritual. Toda persona puede transformar todos sus sufrimientos en
alegría en esos minutos específicos. En esos instantes se perdonan
todos los pecados que la persona hizo el mes anterior. Por eso todo el
que diga en ese momento Tehilim, Tikún Haklalí o estudie Guemará, o
Likutei Moharán, o Tefilot de Rabi Natan o haga Hitbodedut, logrará
recibir todas las yeshuot. El Molad en Eretz Israel es el próximo
domingo a la hora 17:17
REZO
Señor dueño del mundo: Dame el mérito de cuidar el
Shabat con todas sus leyes y de recibir el Shabat con santidad y
pureza. Con alegría y amor. Con cantos y melodías y bailes. Y tendré
el mérito de cantar toda mi vida los cantos de Shabat con mucha emoción.
Y no me saltaré o dejaré de cantar alguna canción de los cantos de
Shabat o de Motzaei Shabat. Ya que de estos cantos se recibe todo el
bienestar y la yeshuá para toda la semana.
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