La
gente se equivoca. La persona cree que para obtener su salvación y
suavizar los sufrimientos que tiene,
necesita hacer un trabajo muy esforzoso y muy grande y además ayunar etc.
Cuando Moshé Ravenu llegó a Egipto y dijo a los sabios y ancianos del
pueblo de Israel: ¨Mis estimados señores, D´os se me ha revelado y me
ha dicho, pronto empezará la gueulá, la redención de la esclavitud y
de Egipto, por eso empiecen a alegrarse:
canten, bailen y empiecen a festejar. Traigan música y canten lindas
melodías. Empiecen a cantar las canciones de la libertad. Sin embargo
en el versículo nos dicen que ellos no escucharon a Moshe. ¿Por qué?
Por causa de la falta de aliento y el duro trabajo. ¿Qué nos enseña
la Torá con esa respuesta? ¿Acaso que la persona que trabaja duro no
puede escuchar?
Rabi Najman nos explica el significado del versículo que dice que por
falta de aliento no escucharon a Moshé así: La verdadera razón que no
escucharon es porque tenían poca Emuná, y por eso les faltaba el
aliento, ya que al que le falta aliento le falta Emuná y al que le
falta Emuná le falta el
aliento. Por esa misma razón hay gente que cree que necesitan trabajar
duro o hacer ayunos para conseguir la salvación. Pero en verdad es
porque les falta Emuná, entonces creen que deben servir a Hashem con
mucho esfuerzo y ayunos etc.
El gran rabino Elimelej de Lisank dice
en su libro ¨Noam Elimelej¨ que la discusión que hubo entre los
sabios y Tzadikim de esa generación con Moshé fue que Moshé les dijo
que paren de ayunar y que
dejen de mortificarse, y que empiecen a alegrarse, cantando y tocando
melodías que levanten el ánimo. La verdad es que desde un principio de
la esclavitud los Tzadikim y el pueblo de Israel no se quedaron quietos
ni guardaron silencio. Ellos organizaron ayunos y se sentaron en el piso a llorar y lamentarse por el
sufrimiento en el que se encontraban. Cuando llegó Moshé y les dice:
¨Perdón pero ese no es el camino. Ustedes están equivocados. Si
quieren, sigan ayunando y afligiéndose, pero así no traerán la gueulá.
Ya llevan muchos años así y cada día se renuevan decretos contra el
pueblo de Israel. Los hijos varones son tirados y ahogados en el rio
Nilo y además hay todo tipo de torturas. Las plegarias y los
gritos que rogaban para que llegara la redención estaban
presentes en todo momento. Igual así, todos estos años Uds. Se
mortifican y ayunan y no han podido traer la redención. La gueulá
llegará sólo con la alegría. Lo atacaron y le dijeron: ¨Tú nos
vienes a ofrecer un nuevo camino para servir a D´os? Tú quieres
quitarnos nuestra tradición de ayunos y aflicciones que por siglos
hemos hecho?¨.
Por eso el versículo dice ellos no escucharon a Moshé por falta de
aliento y trabajo duro. Falta de aliento, por su desilusión que tenían
de tantos años que pasaron en la esclavitud y trabajos duros en el
servicio de Hashem como ayunos, u otras formas de mortificarse. Por ello,
no podían empezar de nuevo pues ya no tenían la esperanza que llegara
la gueulá. Moshé les decía que llegó la hora de servir a Hashem con
alegría y que sólo así se puede quebrantar las Klipot y las fuerzas
del mal que impiden que haya Kedushá, y así se iba a revelar la gueulá.
Explica el rab Elimelej, que los Tzadikim que buscan trabajos duros como
ayunos y otras aflicciones son almas muy elevadas, pero no tienen la
comprensión y el entendimiento que tienen los Tzadikim que derivan de
Moshé, ya que el Tzadik verdadero puede anular todos los decretos malos
y cancelar todos los veredictos negativos que tiene el pueblo de Israel
sin ningún esfuerzo, tanto en forma general como e forma personal de
cada yeudí. Y no necesita mortificarse, ni sufrir, puesto que él anula
todo, con cantos y alabanzas al Creador.
Como dijimos al principio, el mundo está errado y
no conoce este camino. El gran Tzadik Bal Shem tov, fundador de
la jasidut, alejó y canceló totalmente el servicio a Hashem con sufrimiento y ayunos, pero aún así, la
mayoría no creía ni cree hoy en día que podemos salir de todo
problema o sufrimiento con el mejor remedio, que es la felicidad y alegría.
Hay distintos niveles de Kedushá en los seres humanos: Algunos están
en el primer nivel que son aquellos que viven sólo en el presente y están
contentos con la realidad y siempre están felices. Otros alcanzan el
segundo nivel con el estudio de la Torá, cumpliendo las leyes y las
mitzvot. Pero primero hay que tener el primer nivel para poder subir al
segundo. En el primer nivel hay que aprender cómo vivir con el presente,
cómo estar contento, y cómo estar en cada minuto feliz con el presente
sin pensar nada del pasado o del futuro. Tú estás ahora vivo, sano, alégrate
y agradece. Olvídate del pasado y no pienses en el futuro, como está
dicho: ¨Quien es el rico, el que está contento con lo que tiene¨.
Aprovecha cada minuto que estás bien. Tienes sed, tómate un té. ¿Qué
te falta? Tienes hambre, cómete un sandwich. Siéntete siempre alegre y
no te preocupes por lo que te pasó o por lo que te va a pasar. Tú no
te detengas. Continúa con felicidad así te llegará todo lo que
necesitas. Si tú, estas contento con lo que tienes, se cumplirá en ti
el dicho anterior, y serás feliz y te llegarán todas las soluciones y
bendiciones.
La prueba de un judío en este mundo es estar siempre feliz. Esa es la
prueba principal. Cada persona tiene que pasar muchas pruebas en bajadas
y en subidas hasta el final de su vida. Pero para lo que más tiene que
esforzarse un judío es estar siempre contento tanto en tiempos de
subidas como en tiempos de bajadas.
Hay un cuento muy impresionante. Está escrito en el libro ¨Cojvei Or¨,
sobre un hombre que estaba escarbando la tierra y encontró un diamante
que vale millones. Él creía que era sólo un pedazo de vidrio. Pero
vino alguien y le dijo: ¨Eso es un diamante que vale una fortuna. Pero
aquí en nuestro pueblo no hay nadie que lo pueda comprar ni tampoco en
nuestro país hay alguien que tenga suficiente dinero para pagarte lo
que vale este diamante¨. El dichoso hombre decidió irse a la ciudad de
Londres. Vendió su casa y todos los trapos y los muebles rotos que tenía
y con eso sólo pudo llegar hasta el puerto. Cuando llegó al puerto se
encontró con un capitán de un barco qué le preguntó que hacía por
allí. Este le contó que tiene una piedra preciosa y se la mostró. El
capitán se impresionó mucho y le dijo: ¨Si tienes una piedra así, súbete
a mi barco inmediatamente y no necesitas pagarme y le arregló una pieza
de primera clase con sus tres comidas al día. Durante los días que
estaban navegando, el hombre sacaba el diamante y lo admiraba. Un día,
después de haber desayunado, contempló el diamante y se quedó dormido
por unos minutos. En eso entró el camarero y sacudió el mantel por la
ventana y tiró todo lo que
estaba en la mesa al mar. Cuando el hombre se despertó y vio que no
estaba el diamante en la mesa y tampoco el mantel, se puso blanco y casi
se desmayó. Se dijo a sí mismo, si el capitán sabe lo que pasó me
tirará al mar detrás del diamante. Entonces el judío tomó una decisión
de esforzarse con todo su ser para estar alegre. Se esforzó con todo su
ser para sonreírse y justo entonces llegó el capitán a visitarlo. El
yeudí le sonrió con todo su ser y empezó a reírse y a bailar y hacía
todo tipo de movimientos con las manos de alegría y así de verdad se
volvió muy contento. Al verlo así el capitán que por primera vez lo
había visto tan contento. En verdad el yeudí sabía que no podría
aguantar mucho rato aparentando la alegría y pronto su corazón volverá
a palpitar fuerte de miedo que el capitán lo tire al mar. Pero el capitán
al verlo tan alegre le dio ganas de hacer un negocio con él y le dijo:
¨Todo el mundo cree que yo soy un pirata y contrabandista. Cuando yo
llego a Londres todos vienen a interrogarme e inspeccionan toda la
mercancía para ver si es robada. Por eso, tú que eres un yeudí
misericordioso, ten piedad de mí. Toda la mercancía y todo el oro y
los diamantes que tengo en el barco los anotaremos a nombre tuyo. Confío
en ti porque tú eres un gran negociante, muy afortunado. Por eso tienes
un diamante muy valioso¨. Antes de llegar a Londres el capitán se
sintió muy mal y le dio un infarto al corazón y toda la mercancía y
todo el oro y todo lo que había en el barco pasaron a ser propiedad del
Yeudí.
Rabeinu Najman reveló un nuevo entendimiento en la vida. Algo
totalmente nuevo. Que sepan que no hay desespero en este mundo. No
existe perder la esperanza. En cualquier situación aún siendo en una
tremenda tragedia o en una crisis muy grande, si la persona se aguanta
cinco minutos con alegría y se pone a bailar y a cantar en ese mismo
momento transforma todo para bien.
Hay que llegar a la casa siempre con una sonrisa. Siempre llegar a la
casa con alegría. En la casa no tienen que saber que tú estás en
problemas o en una crisis. Si no puedes alegrarte antes de entrar a tu
casa siéntate en algún lado o en las escaleras y empieza a hacer
movimientos de felicidad. Entrénate y practica y luego entra a tu casa
con una sonrisa y una cara que alumbra.
Si la persona se puede aguantar y estar alegre aunque la situación no
sea alegre, puede tener el mérito de que se le cumplan todos los
milagros que hay en el mundo. El esfuerzo principal que la persona tiene
que hacer es estar alegre. Con todas sus fuerzas y todo su ser y con
todo sacrificio y decir todo el tiempo: ¨Todo es para bien¨. Esa es la
prueba de nosotros: Decir siempre que todo es para bien. Así saldremos
de todos nuestros dolores y sufrimiento y veremos de verdad milagros y
maravillas. Recuerda siempre que debes estar alegre y feliz, cantar y
agradecer a Hashem siempre, antes de que llegue otro percance. No hay
que esperar a que lleguen contratiempos y después salvarse de los
problemas. Sino que inmediatamente que
sales de algún percance estas obligado a agradecer y cantar y traer un
sacrificio de agradecimiento, En fin siempre hay que estar feliz.
Alegrarse cantándole a
Hashem todo el tiempo. Conocer la grandiosidad de Hashem. Agradecer por
cada respiro como dice el versículo: ¨Kol ha neshamá tehalel ka¨´.
No leas Neshamá sino neshimá que significa respiro. En cada respiro
alaba Di`s. Estás respirando ponte alegre. Por cada respiro hay que
agradecer y cantar. No esperes a que llegue algo malo para empezar a
agradecer. Ya que si estás alegre y cantándole a Hashem, agradeciéndole,
no llegarán a ti sufrimientos y dolores.
Lo más importante es no estar triste ni siquiera un segundo. Ya que no
hay ninguna razón para estar triste. Hay que creer que todo Yeudí
puede llegar a lo mejor tanto material como espiritual. Cada vez que
tienes una atzlajá, un éxito en este mundo es una oportunidad para
reconocer y alegrarse que Hashem no nos hizo Goy y nos hizo Yeudïm. Por
ejemplo, Bendito sea que me dio el mérito de cuidar Shabat, que tengo
el mérito de ponerme lo Tefilín, que puedo rezar. Eso es como si
hubieras encontrado un diamante que vale millones. Todo el tiempo tienes
que atraer la alegría y tenerla presente constantemente. Alegría sin
fin. Si no tienes ninguna razón para alegrarte, alégrate de que eres
una creación de Hashem. Esa es la alegría más grande como dice el
versículo: ¨Alégrate Israel de tu Creador, hijos de Tzión bailen con
su Rey. Gozaremos con Hashem
que nos creó y somos su pueblo y su rebaño¨. Hashem nos creó en Su
honor como dice el versículo: ¨Bendito sea nuestro Di`s que nos creó
para Su honor y nos separó de los errados¨. ¨Otra vez festejaremos
que el Todopoderoso nos creó¨. Rezaremos para que todo el mundo vea
que el alma secreta de todo yeudí es la Torá y la Tefilá, el rezo. Y
Hashem al vernos felices junto a Él cancelará todos los malos decretos,
todos los sufrimientos. Entonces ¡qué esperas!, empieza a alegrarte de
Hashem y con Hashem. Con Hashem tú puedes verdaderamente alegrarte ya
que Él vive y existe. Él es infinito. Hashem te ama. Hashem te creó.
Hashem cree en ti. Hashem recibe tu Teshuvá. Hashem nunca te dejará.
Él te dará todo.
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